Algunos fotogramas en flor

The Blackout (el apagón) (2019)

He aquí algunos de mis fotogramas que crecen regados por este inicio de primavera. Tímidamente ellas, coquetas y miedosas a la vez, miran a una cámara enclavada en el fango de la sociedad aborregada que escapa entregada al atropello y a un destino del que no pueden escapar.

La comunicación abandonada a su suerte, desconectada y rota de silencio, ahora silba el viento del ocaso y la tormenta.

Caminar entre las ruinas de un pasado y un futuro estrechamente desconectado con ecos de risas de niños muertos. La guerra alimenta el subdesarrollo del alma.

Se acerca el fuego que acaba con el último vestigio de la palabra. Ellos traen la máscara, el alfa y el omega.

Ya vienen.

Duply (2019)

Nunca huyas de ti mismo ni pintes cielos de plomo y sal.

La mamá del sol (2019)

Deja que salga el sol después de la tres de la tarde y no te dejes seducir por el dulce que escapa entre los árboles.

La mamá del sol viste de negro.

El trabajo (2021)

Hay carreteras secundarias que protagonizan cápsulas del tiempo entre campos de girasoles.

Ángulos imposibles, planos secuencia que llevan al purgatorio que todos tenemos en vida.

El carlista (2021)

Todavía hay verdes praderas por cabalgar.

A la luz de las velas los capitanes pueden hablar en voz baja y dar órdenes perdidas pero valientes.

Solo hay que encomendarse a Dios y rezar.

La montaña sagrada pide un irrtintzi como ofrenda.

Un caballo de nombre Bolero galopa su nobleza al ritmo de acordes del sur.

El cuartel general resiste en mundos que todavía están sedientos de guerra y hambrientos de paz.

¡No dispares! ¡Son de los nuestros!

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Espacios vacíos de color púrpura

La ciudad de Los Ángeles es un ser vivo que respira un color y un sonido propio. Sus atardeceres son púrpura y oro, como la camiseta de los Lakers, como callejones del DownTown, como el olor de Wilton o las noches de Vine. Sus espacios vacíos, reflejos de luces de neón azules, moradas, rosas y pastel. Los silencios de La Mirada Ave, la soledad de un taxi en Vernon, norteños en el Leonardo’s de la Vermont. El sonido hueco que se reproduce al lanzar una lata en una calle sin salida, en una acera de Lexington o la parte de atrás de una casita en St. Andrews. Un sofá abandonado en La Brea, un escaparate sin comprender. La explanada del Staples, el miedo del Towne Building en noches de música grunge.

Paseos nocturnos bajo el viento de Sunset Boulevard, homeless que asoman sus medios cuerpos entre pizzerías de persianas caídas. Parques con horarios, el sinuoso Echo Park, la placa en el suelo que pisas sin querer de Kareem Abdul-Jabbar, la discoteca Los Globos calle abajo, un grafiti en Santa Mónica, la niebla junto al Pier, los patines de Venice Beach, un té helado mientras caminas, trozos de fruta ambulante, la casa de empeños, las monedas de 25 centavos para lavar la ropa y el alma. Una licorería a deshoras, un teléfono público que no funciona, una tienda abandonada de trajes de novia, el carrito del raspado, un policía que vuelve a casa, una ardilla enorme en el observatorio Griffith, un cementerio con vida, un Mustang amarillo, estrellas sin brillo en el paseo del drama, un hospital mental de tantos, una iglesia de la cienciología, un predicador negro, la fiesta de máscaras en el edifico redbury, un taxista armenio, un burrito en el pollo loco. Banksy en la pared, pandilleros tatuados, un hombre enfermo en el metro, los asientos de cuero de la estación, las noches de Michael Mann, Thief, Heat y Collateral. Una coreografía de La la Land, un Toyota de tantos, un Honda averiado, Drive de Nicolas Winding Renf, la cara hierática de Ryan Gosling. Coyotes al caer la tarde en Mulholland Drive. Una barbacoa en el jardín de un emigrante holandés. Un actor borracho amigo de Jim Carrey, tarjetas de vista, oportunidades perdidas, abogados que se anuncian en el bus. Filas de aspirantes al próximo casting, oficinas temporales, ausencia de vejez. Un terreno elevado con vistas, césped, desierto y cemento. Autopistas al infinito, coches automáticos con personas autómatas. Canchas de básquet y frontones con pelotas de plástico, aparatos de musculación, paseantes de perros a dieta. Una librería junto al Viper Room, cenar en la Third Street y hacer la digestión en un cine vacío viendo una peli asiática. Volver a casa para descansar y pensar en silencio… ¿Dónde están los sueños?

Los sueños se encuentran entre los espacios vacíos de color púrpura. 

De Abducción a Blue Night

Público en Pamplona

Concluimos un ilusionante tour de presentaciones de nuestro corto documental ‘Abducción’ que sigue su camino por diferentes festivales nacionales e internacionales. En España han sido cuatro presentaciones muy satisfactorias en cuanto a respuesta de público e interés:

✔️El Corte Inglés Pamplona (12 enero)

✔️La Reina Lagarta Madrid (16 febrero)

✔️Centro gallego Madrid (26 febrero)

✔️Ateneo Riojano. Logroño (10 marzo)

Por otro lado aprovecho para anunciar 📢 nuestro próximo proyecto (guion ya registrado ®️) que comenzaremos a rodar esta primavera 2023: Blue Night, un film 🎥 homenaje al cine de Michael Mann con tintes de mi admirado José Luis Garci.

Público en Madrid
Ateneo Riojano (Logroño)
Nuevo guion ®️

Crónica de una abducción anunciada. 12/01/2023

Cartel anunciador de ‘Abducción’ en la sala de Ámbito Cultural El Corte Inglés de Pamplona.

Y Ámbito Cultural de El Corte Inglés se llenó. En Pamplona no es fácil llenar salas, con ello la satisfacción es doble debido al trabajo realizado por mis compañeros y porque el tema interesa y mucho. El fenómeno ovni no es cuestión de creencia, ocurre. No conocemos la causa o causas que lo producen o qué hay detrás de los avistamientos y/o encuentros.

Hay teorías magníficas planteadas por ufólogos e investigadores como Miguel Pedrero o José Antonio Caravaca, pero como dice mi admirado Manuel Carballal: “No hay fenómenos inexplicables sino inexplicados”. Con ese sano escepticismo pongo encima de la mesa ‘Abducción’. Un cortometraje que se inspira en un caso real (La abducción de Muru-Astráin) y que añade ingredientes de otros casos conocidos o investigados por mi.

Abducción es un homenaje a los investigadores de campo y sobre todo a los testigos que un día se encontraron con lo inexplicado, con la incomprensión e incluso la burla de la propia sociedad. El film trata el encuentro con lo extraño de forma natural y con respeto, e intenta trasladar al espectador la inquietud de una experiencia frontera a través de la recreación del lugar exacto en donde ocurrieron los hechos reales.

El momento palpitante de la presentación ha sido poder hablar al público de primera mano con los hijos del matrimonio original en el que basamos los hechos, María e Ildefonso Beroiz. Tras la proyección sus hijos presentes en la sala Luis y Miguel han narrado lo qué les ocurrió a sus padres allá por 1983. Primero Miguel y más tarde Luis, sentado junto a mi, han detallado lo sucedido aquella noche de octubre de hace casi 40 años.

Solo queda decir GRACIAS a todos los presentes. Nosotros vamos a seguir proyectando Abducción en otras ciudades para dar testimonio de una realidad frontera que vivieron, viven, sufrieron y sufren algunas personas que guardan silencio por miedo a la incomprensión y al qué dirán.

Abducción no es la respuesta a nada, es la propuesta artística de una realidad estigmatizada en nuestra sociedad.

Aplausos al finalizar la proyección de Abducción.
En la imagen Luis Beroiz ante el público.

Abducción. Estreno 12 de enero en Pamplona.

El 12 de enero de 2023 estrenamos Abducción, un corto documental que trata sobre un extraño suceso acontecido años atrás.

Por primera vez en Navarra presentaremos un evento audiovisual en el que estará presente el hijo del matrimonio abducido, para que después del estreno nos cuente los detalles de lo sucedido.

Estreno en Ámbito Cultural El Corte Inglés de Pamplona a las 19:00. Entrada libre hasta completar aforo.

Abducción:

El 31 de octubre de 1994 un matrimonio de la localidad de Muru-Astráin tuvo un extraño encuentro en la carretera, vieron un OVNI que se les plantó delante del vehículo y con el que mantuvieron contacto.

Casi 30 años después Marisa, principal testigo de lo ocurrido, se atreve a contar a cámara lo sucedido.

¿Qué ocurrió aquella noche? ¿Qué es lo que vieron? ¿Por qué desapareció el marido de Marisa?

Mikel Navarro entrevista a la principal testigo y destapa uno de los sucesos más extraños acaecidos en la Comunidad Foral de Navarra.

Balance del año de los patos

Se apaga 2022 y uno tiende a hacer balance personal y profesional de cómo ha ido el año. Este dígito del doble pato quedará para siempre en la retina de los que vivimos un viaje que fue el impulso más bonito, espontáneo, natural y humano que he vivido y que recordaré toda la vida. El viaje a la frontera de Ucrania, aquella Caravana de vida nos cambió a todos para siempre en la mirada de nuestros niños y en la capacidad que también tenemos para construir y tender puentes con la única fuerza del corazón ❤️.

La guerra continúa a las puertas de Europa aunque los telediarios ya no hablen de ello. El drama acecha a la vuelta de la esquina, las injusticias sociales nos rodean. Reflejo de otro tipo de vida, un tanto extrema pero libre y pura fue la de Antonio “el loco”, que nos dejó recientemente. Su visión del mundo quedará para siempre en la entrevista que me concedió y de la salió incluso un cortometraje con algunos de sus momentos más significativos. De Antonio Gálvez tenemos mucho que aprender, nos ha regalado sus enseñanzas a cámara que ahí quedarán ya para siempre.

Este año quiero destacar también la visita al santuario de Umbe para entrevistar al custodio de la ermita Emiliano Tricio, con el que descubrí los orígenes de las extrañas apariciones y mensajes atribuidos a la Virgen María con fama de milagrosa. He de decir que realicé la entrevista con un brazo roto y que tras tener contacto con el agua del manantial, al que se atribuyen poderes sobrenaturales, curé por completo apenas dos meses después; algo que los médicos no daban crédito dadas las características graves de mi lesión. A Umbe volveré en primavera.

Todavía quedan ecos de nuestro apagón y precisamente TVE quiso destacar mi proyecto audiovisual y literario The Blackout -El Apagón-. A Raúl Ortega y a mí nos invitaron al programa ‘La aventura del saber’ y hablamos tanto del libro de Ediciones Cydonia como de nuestra Caravana de vida. Raúl y yo daremos que hablar porque en 2023 habrá una sorpresa en forma de estreno documental.

En este momento mientras observo el belén de mi hogar escribo estas líneas fijando mi vista a otro recuerdo que cuelga en mi pared, un certificado enmarcado que nos acredita como Finalistas en el Festival de cine de Nazaret. No puedo cerrar este 2022 sin recordar el premio a nuestro esfuerzo del cortometraje ‘El carlista’ siendo reconocidos nada menos que en Tierra Santa. Un belén a escasamente un metro de un premio que vino de Nazaret. El Nazareno ha nacido este año en mí y está más vivo que nunca en mi interior para seguir trabajando, mejorando y aprendiendo.

Gracias a todos y vamos a por el 2023 con más fuerza que nunca y con la ilusión intacta de un curioso que seguirá luchando por cada uno de sus sueños. Salud 🥂 💫

Estreno del documental Caravana de vida.

El próximo jueves 10 de noviembre se estrenará en Ámbito Cultural El Corte Inglés de Pamplona mi primer documental (una hora de duración) de una de las más intensas experiencias de mi vida.

El pasado 11 de marzo de 2022 once voluntarios partimos desde Noáin hacia la frontera de Polonia con Ucrania en 5 furgonetas con ayuda humanitaria.
Un viaje de ida y vuelta que no solo trasladó material alimenticio y sanitario, sino que mediante las Asociación Arco Iris y la Fundación Brazadas de Superación pudimos traer a Navarra a 18 niños y 10 mujeres que pudieron ponerse a salvo del conflicto bélico.


Un viaje tan emotivo como inolvidable que fue grabado en primera persona y que pretende dar testimonio de la realidad que sufren las víctimas del conflicto y más concretamente los niños de la guerra.

El adiós de un maestro

Jesús Quintero (El Loco de la Colina).

Cuando el silencio enunciaba, la respuesta cobraba sentido. Rey de la pausa, dominó el tiempo que envolvía la noche en el humo de su pregunta. Jamás avasalló al entrevistado, hizo del invitado el principal motivo del interés de su mirada. Creador de ambiente, conciliador sereno y domador de palabras enjauladas.

Abría el corazón de la persona como un cofre familiar, como un recuerdo agradable, como un hogar que huele domingo. Algunos lo llamamos maestro porque buscó donde está realmente la sabiduría, en los locos olvidados, en los vagamundos que la sociedad rechaza, en la calle real.

En los márgenes de la vida crecen los brotes más fuertes y menos bonitos pero más auténticos. La autenticidad sin pose, la esencia de la vida. Esa de la que ahora te despides, a principios de octubre, dejándonos un otoño sin Loco y sin colina donde aprender.

Gracias por tanto maestro, tienes un micro 🎙 en las ondas de la eternidad. 🧣

Un Naparmex en el Leonardo’s de la Vermont.

Queda mucho por escribir de todo aquello que viví y sentí en la ciudad púrpura de Los Ángeles. Alguno de esos momentos ya recogió mi cuaderno Wodrpess en artículos como En América -Mi barrio- , Rodolfo Valentino , Un paseo por Beverly Hills , Watermelon Day , Banksy in la Brea o La noche del Floridita.

Durante el día de una iluminada mañana angelina había estado buscando la tienda de la televisiva Renée Strauss, que finalmente apareció cerrada por completo debido al cese de su negocio y traslado a otro lugar. El establecimiento de ropa de novia era un Reality Show que hacía furor por aquellos entonces y que mi madre además seguía con interés. (Algo que pude subsanar años después en Nueva York, pero esa es otra historia).  

Ese mismo mediodía, creo recordar que a la entrada de un restaurante de Wilshire, fue donde conocí a dos aparcacoches muy simpáticos con los que estuve platicando un buen rato, aquellos amigos eran de Ciudad Juárez y me recomendaron una sala de fiestas auténtica y genuina: el Leonardo’s Vermont o “Leonardos de la Vermont” como ellos lo llamaban. Un lugar puramente norteño con música en directo al que acudían muchos de los mexicanos que vivían y viven en la ciudad de las estrellas. Aquellos amigos incluso me regalaron unas invitaciones para aquella misma noche, así que acepté gustosamente la invitación.

La noche del Leonardos de la Vermont comenzó en un Taxi al que me subí en la esquina de Wilton con Santa Mónica Boulevard, lugar que solía frecuentar y punto de encuentro cercano a mi añorada casita en el 5608 de La Mirada Ave. (Hoy desaparecida y sobre la que han erigido un moderno bloque de pisos de alquiler). Recuerdo la cara de extrañeza del taxista al indicarle la dirección, cosa que después supe el porqué. Resultó que de pronto me vi en medio de la nada en un barrio muy poco recomendable con escasa o nula iluminación. El conductor incluso titubeó si realmente era ese mi destino. Supe de inmediato que había algún tipo de error, saqué la hoja con la dirección y se la enseñé, un gesto de alivió dibujó su rostro y comenzó a reír. El caso es que me había llevado a Vernon Ave y no Vermont Ave, posteriormente y con mayor confianza me dijo que esa zona de Vernon era destino habitual de personas que acudían a comprar droga, no era desde luego mi dirección.

Por fin llegamos a la sala de fiestas, aquello pintaba mejor: Luces, gente haciendo cola para entrar, alfombra roja y un gran cartel vertical que se podía leer desde la distancia LEONARDO’S. Éste si era el lugar.

Enseñé mi invitación al llegar y muy atento un distinguido señor de traje y bigote cuidadosamente perfilado me dio la bienvenida. Don Alfredo Langurén era el maestro de ceremonias y sin duda la persona indicada para conocer a la perfección el Leonardo’s. Sabían que un tipo de Pamplona iba a llegar. Conversamos acerca de mi procedencia y tal fue la acogida que incluso anunciaron mi presencia sobre el escenario. Los presentes con sombrero calado y botas de montar, Langurén me enseñó el local y presentó a las personas más influyentes del lugar, todos fueron muy amables.

“El periodista vasco-navarro había llegado”, así me anunciaron y allí tuve una de las conversaciones más increíbles y curiosas que hoy quiero narrar.

Me dirigí a la barra y pedí una cerveza que el camarero prácticamente me arrojó, una lata que corrió por la superficie rebosando su rubio y espumoso contenido. Cerveza Modelo, leí en voz baja y como un efecto rebote, un tipo a mi lado repitió en voz alta: Cerveza Modelo, navarra y mexicana como nosotros. Aquel hombre de mediana edad me explicó la historia de la cerveza Modelo, de cómo un empresario navarro llamado Braulio Iriarte, de Elizondo, la había fundado después de emigrar a México y comenzar como panadero.

Así que cada vez que nos bebamos una cerveza Corona (Coronita en España) o cualquier cerveza Modelo tiene ese regusto Naparmex. Si, navarro-mexicano.

La conversación derivó en cuestiones musicales, en el gusto que hay en mi tierra por la música mexicana y en ese estilo tan peculiar que los navarros llamamos NAPAR-MEX, mezcolanza de lo navarro y mexicano. Platicamos sobre los Tigres del Norte, que habían grabado uno de sus temas en Pamplona: La reina de sur allá por 2003. Aquella noche no faltó hablar de esos grupos nuestros como Kojón Prieto y los Huajalotes o los Zopillotes Txirriaos, a los que conocía ya desde sus inicios como los Impekables.

Sobre el escenario sonaba Estilo Italiano de Jesús Ojeda, en donde se habla de un tal Abelardo, casualmente así se llamaba mi abuelo, fue sin duda el broche oro a una noche inolvidable.

Cuando concluyó el festejo Don Alfredo tuvo la deferencia de llevarme de vuelta a casa en su ranchera, hablamos de su apellido de origen vasco (Languren) mientras de fondo recuerdo la letra de Ojeda que todavía retumba en mis oídos:

“Será americano, tal vez mexicano pero tiene pinta de estilo italiano. Lo miran tranquilo y también preocupado, a veces sonriente, así es Abelardo”.

Un café para el alma.

Fotografía de Oscar Catalán http://www.oscarcatalan.com

Un café es un océano turbio de esperanza, un amanecer tardío, un pasado por olvidar, un presente por saborear y un futuro incierto. El primer trago es amargo, el segundo conciliador, el tercero reconfortante y el cuarto inspirador. El café de la mañana devuelve su aroma a cambio de un nostálgico recuerdo que se presenta en el paladar, tibio y directo. Como los golpes de la vida, como el balanceo de un columpio que ya nadie empuja, como todo aquello que tienes por delante y debes afrontar. El café es la propia inercia de la vida que a veces incluso regala un ansia de creación, de amanecer.

Un café devuelve al animoso presente con energía clarificadora. En torno a su presencia se toman decisiones, se lee periódico, se reflexiona y se planifica la jornada… su tono marrón habla en voz baja gracias a su aroma hogareño; un café nunca falla. Navega firme en tu paladar con o sin azúcar, con o sin leche, posando en su recipiente cerámico o de cristal, su aroma nunca abandona, su estilo tampoco.

En sus posos hay un aire de soledad y recuerdo que viene y va, algo de predicción y una pizca de culpa. Tal vez por eso es capaz de leer el porvenir, el “porllegar”, el qué pasará. Porque un café es tu primer compañero del día y de lo que está por venir. Un café nunca pregunta la hora, evita el tiempo, es enemigo de la prisa, tiene un pacto con el reloj. Por eso un café siempre mira hacia delante, es el horizonte previo a su trago final. Puede ser el inicio de una amistad duradera, de una agradable conversación, de un amor fallido, de una decisión por tomar.

Un café puede o no llegar al alma o incluso ser parte de ella. Es el claroscuro auténtico de una persona que ríe y llora, que ama y sufre y que grita en silencio soledad.

Un café para el alma… es un Caravaggio del fotógrafo Oscar Catalán, a él lo conocí gracias al café de la vida.

Gracias por regalarme tu arte en forma de retrato, yo te ofrezco estas letras cafeteras que forman parte de mí mismo. La ventana entreabierta por la que entra una rendija de luz, de vida… de autenticidad.